La conciencia fonológica es la capacidad que tenemos las personas para entender que el lenguaje está formado por palabras que están formadas por sílabas que están formadas por fonemas que es la partícula mínima para crear lenguaje. Los sonidos de las letras son los fonemas y, por lo tanto, la unión de estos fonemas crea el lenguaje oral.
En los últimos años se ha considerado que el aprendizaje de la lectura va muy ligado a la conciencia fonológica. Aprendemos que los sonidos de las palabras, que pronunciamos y escuchamos (fonemas), tienen una correspondencia con una letra escrita (grafema).
El lenguaje oral es algo para lo que el cerebro humano ya está preparado, en cambio, la lectura son símbolos que las personas hemos ido adaptando y, por lo tanto, hay que fomentar la estimulación de nuevas áreas cerebrales que facilitarán su aprendizaje, entre ellas las auditivas y las visuales. Y es ahí donde aparece la importancia de la conciencia fonológica, que funciona como puente entre lo oral y escrito, lo auditivo y lo visual.
La identificación de las partes que forman una palabra y saber que estas pequeñas partes pueden combinarse entre ellas para formar palabras nuevas (conciencia fonológica), facilitan los aprendizajes de la lectura y la escritura. Pero además, se cree que puede favorecer la fluidez del lenguaje oral, ya que nos es más fácil encontrar una palabra al reconocer rápidamente la letra por la que empieza, "cómo se llamaba...Ppppp? Plátano". El cerebro se activa al escuchar el fonema y, junto con el resto de pistas, encontramos la palabra adecuada.
La conciencia fonológica es un aspecto alterado en los niños con dislexia y, por ello, éstos presentan dificultades en la lectura y la escritura y en el acceso al léxico, la búsqueda de palabras.
Por ello, es importante trabajarla desde edades muy tempranas, tanto en la escuela como en casa, recordando que es el paso previo a la lectoescritura. En la etapa de educación infantil es más importante saber identificar, por ejemplo, la letra por la que empieza una palabra, que letras la forman, etc. antes que aprender a leer; es decir, primero debemos enseñar a reconocer los fonemas de la lengua dentro de las palabras, para después irlos emparejando con las letras escritas (grafemas).
Algunos ejercicios que pueden ayudar a trabajar la conciencia fonológica son:
- Buscar palabras que empiezan por la letra...
- Buscar palabras que rimen.
- Picar las sílabas de las palabras.
- Buscar palabras de tres letras, de cuatro...
- Cambiar una letra de una palabra para formar una nueva, por ejemplo: a PALA le cambiamos la L por la T y tenemos... PATA.
- Contar las letras que tienen las palabras y/o comparar unas con otras para saber cuáles son más largas.
- Jugar a cadenas de palabras, decir una palabra que empieza por la última sílaba de la palabra que dice el otro: caSA - sabaDO - dominGO - goTA.
Comentarios
Publicar un comentario